jueves, 24 de septiembre de 2009

De frases con Stephen y Namor.


[De frases (fraseos) con Stephen y Namor es una entada en constante evolución.]


Bueno, ahí vamos,

La vida es diversidad. Julio.

Vendo madurez pero a tí te regalo una ración. Julio

Los lugares no significan nada, sólo las personas.

La vida de una persona es el conjunto de todos sus actos.

La gratitud es un bien tan escaso que ni siquiera hay que intentar buscarla. La Bruyére.

La vida es muy dulce, muy triste, muy dura como para dejar que termine. Harvey Peckar.

Deberías creer en algo más grande que tú mismo.

Todas las historias tienen dos caras.

Mucho es una palabra que crea incertidumbre.

La guerra es la paz. George Orwell, 1984

La libertad es la esclavitud George Orwell, 1984

La ignorancia es la fuerza. George Orwell, 1984.

Nunca respondas al necio conforme a su necedad, para no hacerte como él. Responde al necio según su necedad , para que no se tenga por sabio. Provervio.

¿Qué fue de la niña de Vicente de la Fuente? Sí, sí, la que salía del interior de una alacena... (Reflexión profunda donde las haya) Jorge.

A fulano le he dicho lo que me interesaba que supiera. A usted le diré lo que me interesa que sepa.

¿Sudor de yegua o ambrosía divina?

El trabajo es la maldición de la clase bebedora. Oscar Wilde.

Sin valores somos una especie más del reino animal. José Narro Robles.

Nadie podría vivir con quien dijera siempre la verdad. Mark Twain.

Detrás de cada impostor hay siempre una insatisfacción personal.

Quien dijo que el dinero no compra la felicidad es que no sabe ir de compras. David Lee Roth.

Estamos en una banda de Rock porque somos así. No somos así porque estamos en una banda de Rock. Michael Anthony.

Engañar a los hombres de uno en uno es bastante más fácil que engañarlos de mil en mil. Santiago Rusiñol.

El 28 de diciembre nos recuerda lo que somos durante los otros 364 días del año. Mark Twain.

OU812, Oh you ate one too!, ¡Eh tú te has comido uno más!

Escribir es defender la soledad en la que se está. María Zambrano.

A veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro. Julio Cortázar.

El humor es la cara desesperada de la civilización. Boris Vian.

El liberal tiene virtudes radicales que hacen progresar el mundo. Gregorio Marañón.

La intolerancia pertenece a todos los tiempos. Anatole France.

Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia. Xabi.

Hay heridas que nunca se cierran, y aunque sanen las cicatrices que puede que ocultemos a los demás, pero no a nosotros mismos. Santi.

El temor del mal futuro ha puesto en peligro a muchos. Santi.

Hoy en día, algunos parecen preocupados por si el libro electrónico sustituirá al tradicional y zarandajas por el estilo cuando lo único que debería inquietarles es la desaparición del lenguaje y del pensamiento. Santi.

El prestigio de una persona se mide en función de su inaccesibilidad.

Ningún vencido tiene justicia si lo ha de juzgar su vencedor. Francisco de Quevedo.

El que controla la visión del pasado controla la hegemonía intelectual del presente. Y esto es lo que ocurre en nuestro país. Vincenç Navarro.

La violencia ha dejado de moverse en sentido vertical para colonizar horizontalemente la sociedad entera. Santi.

La avaricia jamás sacia su voraz apetito, y después de comer tiene más hambre que antes. Dante Alighieri.

Ni la infancia ni el futuro crecen para hacerse más pequeños. Rainer Maria Rilke.

Hay una fuerza más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómicia: la voluntad. Albert Einstein.

It's better to live ane day as a lion, than a thousend years as a lamb. (Es mejor vivir un día como un león que mil años como un cordero).

Las palabras son rehenes de nuestros prejuicios. Masticamos las palabras como si fueran chicle hasta convertirlas en una piltafra maleable, las chupamos y vaciamos de contenido.

Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte. Graham Greene.

Nada temo, pues mantengo la verdad, que es poderosa. Sófocles.

La caridad es una de las cosas más despeciables e inútiles que hay. Luís Buñuel.

La esencia de la verdad es la verdad de la esencia. Martin Heidegger.

La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad. Epicteto.

Antes de negar con la cabeza, asegúrate que la tienes. Truman Capote.

Puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo suficiente. Lewis Carroll.

El tiempo es el padre de la verdad. Francçois Ravelais.

Un tonto nunca se repone de un éxito, Oscar Wilde

Hay dos formas de conquistar y escalvizar una nación, una es con la espada, la otra con la deuda. John Adams.

Nadie es más esclavo que aquel que falsamente se cree libre. Goethe.

El puente no solo conecta orillas que ya están allí. Las orillas emergen como orillas solo cuando el puente cruza la corriente. Heiddeger.

La mala hieba que quita la savia al trigo ahogándolo. Schopenhauer.

Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás. Michel de Montaigne.

Cuando el pasado deja de iluminar el futuro, el espíritu avanza a oscuras. Tocqueville.

Los políticos son siempre iguales. Prometen construir un puente incluso donde no hay río. Nikita Kruschev.

No basta solamente con decir la verdad, es más convincente mostrar la causa de la falsedad. Aristoteles.

La envidia es una declaración de inferioridad. Napoleón Bonaparte.

Lo que me entristece no es que hayas mentido, sino que nunca más podré confiar en tí. Niestzche.

El Arte no puede ser moderno, lo que tiene que ser es eterno. Egon Schiele.

Mi conciencia tiene más peso que la opinión de todo el mundo. Cicerón.

¿Qué es la vida? Macabra comedia de apariencias.

Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir. Honoré de Balzac.

Uno no se baña dos veces en las mismas aguas. Heráclito.

Nada vale la ciencia si no se convierte en conciencia. Carlo Dossi.

Es mejor ser loado por unos pocos sabios, que por muchos necios. Miguel de Cervantes.

El compromiso, la conformidad, la asimilación, la sumisión, la ignoracia, la hipocresia son sueños del imperio.

Para contar historias hay que tener una voz y un mundo. Si tienes una voz y no sabes expresarlo mal. Y si te sabes expresar pero no tienes un mundo eres un sacamuelas. Manuel Longares.

No hay cielo más allá, son cuentos de hadas para aquellos que temen la oscuridad. Stephen Hawking.

En las adversidades sale a la luz la virtud. Aristóteles.

Es mejor ser loado por unos pocos sabios que por muchos necios. Cervantes.

Si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor. Desmond Tutu.

El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros. Edmund Burke.

Un egoista es una persona que piensa más en si misma que en mí. Ambrose Bierce.

El racismo es la ignorancia de lo diferente. Carlos Bahillo.

La censura es la herramienta de aquellos que tienen la necesidad de ocultar la realidad de ellos mismos. Su miedo es sólo su incapacidad de afrontar la realidad. Charles Bukowski.

Un tonto ilustrado es más tonto que un tonto inteligente. Moliere.

No está bien ocultar la propia ignorancia sino descubrirla y ponerle remedio. Heráclito.



Comprensión, análisis, crítica.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Un perro


Decidió no volver a hablarme. Tenía muchos planes de futuro y en todos entraba yo, pero de la noche a la mañana se le cruzaron los cables.

Todo ocurrió el día en que me confesó que se sentía atraída por Paco. Entre nosotros no había nada, aún. Quiero decir que no existía nada serio, nos estábamos conociendo, aunque en el fondo yo esperaba que sí, que en un futuro cercano hubiese algo formal. Que fuésemos pareja, vaya. La verdad es que ella me gustaba mucho. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan atraído por una chica. Entonces, en la terraza de aquel bar lo manifestó. Expuso que en el pasado le gustaba Paco.
-"Ahora ya no me gusta, la verdad es que es muy joven, aparte de que no me hace ni caso. Creo que yo tampoco le gusto. Algunas veces, cuando coincidía en un bar con Paco, acabábamos discutiendo y polemizando. Es que me encantan las discusiones, pero ahora ya no me gusta y ya no me siento atraída por él."

Le dije que conocía a Paco y que cuando éramos pequeños me veía obligado a darle unas collejas de vez en cuando, ya sabes, cosas de chavales. A ella no le pareció bien que le atizara a su enamorado de cuando en cuando. Pero así eran las cosas en el barrio. De repente, alguien que te irrita y si no reaccionas, el resto de los muchachos te pierde el respeto. Pero eso ella no lo entendía, era de otra clase social. No creció en un barrio. Su mundo era otro, creía que papá y mamá siempre estaban pendientes para sacarle las castañas del fuego. Ese también era mi caso, mis padres siempre se preocuparon por mí, pero si creces en un barrio has de espabilar para que los otros rapaces no te pisen. Aparte de que Paco era más joven que yo y si no le reprimía para escarmentarlo, los otros chicos se reirían de mí, me perderían el respeto y la verdad sea dicha, cuesta mucho ganarse el respeto en un barrio.

Esa misma noche la dejé en compañía de sus amigas. Se despidió de mí con un cálido beso. Fue el último que me dio, creo que nunca lo olvidaré. Seguí el feliz camino de baldosas amarillas en dirección a mi casa, silbando y canturreando, creo que aquella noche no caminé, en realidad floté, estaba pletórico. ¿Había comentado anteriormente que me sentía muy atraído por ella?

Al día siguiente sonó el teléfono, era su armoniosa voz, me comentó que la noche anterior, cuando la dejé con sus amigas, se había encontrado con Paco. Me dijo que él no le prestó atención, que ella no le gustaba, que casi no hablaron porque Paco había estado parloteando con una de sus amigas. Una que era muy guapa y muy rubia. Pero noté su entrecortada respiración al otro lado del teléfono. Noté su dubitativa vocecita, sabía que le deseaba y comprendí que tal vez tuviera que sacarme del medio, desaparecer para dejar que ella tuviera su oportunidad con Paco. Se lo dije, le dije que lo comprendía y que no pasaba nada, aunque me corroyese por dentro. Le expuse que tal vez fuera mejor así, que tal vez lo mejor sería dejar esta relación que ambos empezábamos a crear. Abandonar antes de que la cosa fuera a más y me quedara con un palmo de narices cuando me rompiera el corazón y el alma en el momento de abandonarme por el susodicho Paco. Prefería dejarla ahora que nos empezábamos a conocer. Si ella tenía en mente algo mejor que yo y se sentía atraída por Paco, tal vez lo mejor era desaparecer. Así se lo comuniqué. Debí de abordar el tema con más calma porque si recapacito y pienso en ello la verdad es que me alteré un poco. Después de aquello no me la pude sacar de la cabeza. Es que me gustaba mucho ¿Lo había comentado anteriormente?

Meses después, estando de copas con Gio, ella irrumpe en el pub donde estábamos disfrutando de unas cervezas, aparece rodeada de sus amigas, como si se tratase de su personal guardia pretoriana. Nos cruzamos las miradas y nada más verme aprovecha para cuchichear algo al oído de una de sus compañeras, supuse que sería algo sobre mí. Y no precisamente algo bueno puesto que ni me miró al pasar. Decidí darle la espalda ya que que no hacían otra cosa más que observarme. Me estaba poniendo nervioso. Acabamos las bebidas, decidimos alejarnos de aquel local y dirigirnos hacia otro lugar donde no nos sintiésemos tan observados.
Nada más acceder al siguiente local respiré tranquilidad, aunque no estaba precisamente vacío. Estaba colmado de humo de tabaco y gente, pero para mí, tras la experiencia anterior, era el paraíso en la tierra. Gio pidió unas cervezas en la barra mientras yo buscaba un lugar un poco más tranquilo en el que poder entablar una conversación sin que nos molestase el bullicio de la gente y los decibelios de la ambiental música. Todo iba de maravilla, me había olvidado de aquellas miradas asesinas, intentaba relajarme sumirgiéndome en un sugestivo coloquio. Estábamos en plan distendido, ya no me sentía tan tenso. La noche anterior nos habíamos emborrachado y nos estábamos recuperando, por ello decidimos salir a tomar el aire y charlar relajadamente sobre nuestras cosas.
La charla con Gio estaba siendo muy amena, la verdad es que es un gran conversador. Lo estábamos pasando muy bien allí sentados, analizando desde nuestra limitada perspectiva las películas de David Lynch, mientras contemplabamos a las bellas chicas que pululaban por el local, degustando el amargo sabor de una cerveza bien fría. Disfrutabamos el momento como diría Horacio.
De pronto una nube negra se apoderó del bar, o por lo menos eso percibí yo. Advertí como si una putrefacta y negruzca neblina empezara a saturar el aire. Supongo que sería mi zumbeante sentido arácnido. Entonces ella irrumpió en el local, acompañada de su séquito. Sus compañeras la rodeaban, parecía que la protegían. Se dirigieron directamente a la barra y demandaron unas bebidas. Sus ojos de ave rapaz comenzaon a otear desde su privilegiado metro setenta y cinco. No podía esconderme, tampoco es que sea etéreo precisamente. Sus pupilas advirtieron mi presencia. Horror.
Comenzó a estudiarme mientras cuchicheaba algo al oído de una de sus amigas, al momento todas miraban en mi dirección presas de la curiosidad. Me sentía como debe de sentirse un cobaya al que someten a experimentos. No sabía que hacer, ni como reacionar. Gio me había abandonado en busca del aguamanil. Todas me observaban mientras chismorreaban entre ellas. Me sentía contemplado, medido, tasado. Todas excepto una de pelo color castaño que se separó del grupo de amigas, se acercó, su brusca presencia a dos pasos de mí, se convirtió en algo irritante. Comenzó a analizarme con su mirada. ¡Odio que me observen fijamente! Sus inclinados ojos azules se clavaron en mi cara mientras me sometía a esa inspección fría y calculadora. Su mirada me palpaba todo el cuerpo. No me arrugué y le devolví la inspección visual a la que me estaba sometiendo. La observé fijamente. Ella debió de pensar que me acobardaría pero no fue así, le sostuve la mirada y comencé a analizarla lentamente desde arriba hacia abajo. Mientras observava a la cotilla, imaginaba las tonterías y mentiras con las que ella habría llenado la cabeza de sus amigas. Imaginaba que me habría puesto a parir. ¡Pero si yo no le hice nada! No lo comprendía. Sólo entendía lo que estaba sucediendo en ese momento y precisamente no estaba disfrutando con esa indagación visual.
La que se acercó teminó su examen y apartó la vista como buscando algo de encima del mostrador. Se dispuso a departir con la camarera, supongo que se conocían. Un minuto más tarde volvió a lo mismo, comenzó otra vez con sus fisgoneos y una sonrisa de carne sana y rouge enmarcada por una cabellera castaña casi pelirroja ilumió su cara, su piel blanca era la de las treintañeras pulcras y bien cuidadas. Nos volvimos a cruzar la mirada, me observó con esos ojos azules de animal calculador. Supuse lo que pensaría de mí, ¡ay, si conocieras mi versión! pensé. Pero por más que averiguara mi exégesis creería a su amiga del alma, eso por descontado. ¿Y si yo le narrara lo que su amistad más íntima cuenta sobre ella? ¿Y si yo le contara lo que su entrañable compañera me detalló sobre sus desamores y su operación de pecho tras el abandono por parte de su novio? Desesperada operación en un frustado intento de recuperar el amor perdido. Preferí callarme, y tragarme mis pensamientos, aunque quizá, en el caso de repetirse esta escena en un futuro, me decida a expresar lo que siento por unos mamas de silicona. Unos pechos de postín que nadie disfruta excepto su dueña. Debes recuperar el dinero invertido nena.
Me hizo sentir como un perro, ya veremos como se siente ella cuando yo le exprese la traición de su colega íntima divulgando a diestro y siniestro su biografía.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La noche embelesada




Eme se acababa de independizar. Pero como recién emancipado aún le llevaba a su mamá la colada para que la planchara, aparte de que la buena mujer le hacía la compra en cuantiosas ocasiones.
Después de pasar toda la tarde de palique y haciendo el vago en compañía de Eme, éste me pide ir de visita a casa de su mamá para buscar las recién lavadas y perfumadas sábanas compradas durante el periodo de rebajas. Decidí acompañarlo puesto que su madre vive a escasos treinta metros de mi casa, aunque yo también le debía una visita a mi madre. Esa misma noche tenía previsto ir a cenar a su casa, y es que madre no hay más que una.

Convenimos que él iría a por su colada mientras yo arreglaría unos papeleos en la mía, cuestión de diez o quince minutos. El caso es que pasados los quince minutos me planto al lado del coche de Eme y éste no daba señales de vida. Luego de una espera de otros quince minutos aparece cargado con las bolsas de la colada e y otras de víveres comprados con todo el amor de madre, y es que madre no hay más que una, lo repito porque es cierto, esos sí que son amores para toda la vida.



Arrancamos el coche y me encuentro con que el amigo Eme debe de parar en la tienda donde trabaja su novia. Le reprocho su tardanza anterior y le recuerdo que debo de ir a cenar a casa de mi madre. Me promete que no serán más de cinco minutos, que ya me acerca él al hogar materno por un atajo, para evitar el intenso tráfico. Allí estaba yo, dentro del destartalado automóvil de Eme escuchando música de los cincuenta, nervioso y desesperado por su impuntualidad, de la que por otra parte, siempre ha echo gala.
Estaba irritado. Giraba la cabeza hacia todos los lados evitando mirar la hora, imaginaba que mi madre me mataría por llegar tarde a la pactada cena.


En mi desesperación interior levanto la cabeza y allí estaba ella, mirando hacia mí. Pensé que observaría el destartalado coche de Eme pero no, miraba ¡hacia mí! Destacaba de entre la gente que caminaba por la acera debido a su altura. Su brillante y morena melena giraba hacia los lados al compás de sus apresuradas zancadas. Sus carnosos labios, redondos y húmedos parecían que me hablaran. Clavó en mí sus grandes ojos marrones y supongo que babeé como un recién nacido. Me gustaría que alguien hubiera grabado en vídeo mi reacción, me haría gracia verme aunque conociéndome a mi mismo, me avergonzaría si viera ese vídeo.
Durante unos segundos no pensé en nada. Sólo en ella. Durante un instante pensé solamente en caminar a su lado, acompañando el vaivén de su liso cabello y sentirla cerca. Nada más. ¿El resto? Sólo Dios sabe porque he vuelto a encontrarla, porque ha vuelto a cruzarse en mi camino, ya que sin ella sospecharlo me ha destrozado la vida. Nunca debí de engancharme con una persona así.
Pero claro, hay personas que defraudan una vez las conoces, aunque creo que ella ha quedado estafada con un sujeto como yo. Lo más jodido de todo es que aún no sé porqué. Me gustaría conocer la razón de este áspero final sin fundamento. En el fondo solamente nos estábamos conociendo y creo que la he respetado siempre. Digo creo porque las personas suelen ver las cosas con prismas diferentes según les vaya.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Turbo




Ocurrió un soleado día de verano. Realicé recados varios durante toda la tarde. Hasta que entré en la tienda de discos y, allí estaba, con esa portada envuelta en celofán. Cuando lo tomé en mis manos no lo solté. Me dirigí directamente a la dependienta, la cual lo cogió y lo metió en una bolsa con el logo de la tienda de marras. Sudaba. Tengo dudas de si era por la emoción del momento o por el contrario era fruto del calor. Me dirigí a casa a toda velocidad, sujentando la preciada compra en mi sudada mano derecha. Vaya, la bolsa desteñía, tendré que lavármela al llegar a casa, solamente pensaba en colocar la aguja encima del vinillo, el resto, el sudor y la negra mano teñida del color de la bolsa era secundario. "Lo primero que haré será lavar las manos, no vaya a ensuciar la funda" Casi no recuerdo el camino a casa. Lo único que recuerdo era el asfixiante calor y el tráfico. Hace que a un peatón le resulte difícil caminar sin encontrarse un coche o un semáforo cerrado y, sinceramente me fastidia mucho tener que esperar en los semáforos. Me da la impresión de que es tiempo perdido.


Llegué a casa y decidí asearme, no sólo lavarme las manos, sino ducharme para quitarme el pegajoso sudor. Saqué el vinilo de la bolsa. Quité le celofán dejando relucir esa fantástica portada diseñada por Doug Johnson. Una colorida mano de una sujetando la palanca de cambios de un automóvil ¿Podría tener connotaciones sexuales? No podría , las tiene. Es una fantástica portada.


Después de hacer girar el plato y situar la amiga de diamante sobre los surcos comienzan a sonar las guitarras sintetizadas de Glenn y KK para introducirnos en una de las mejores canciones que para el servidor han escrito Judas. "Turbo lover" es su título. Me encanta ese tema, una letra con fuertes vínculos sexuales cantada como siempre por el gran Halford, una batería imitando los fuertes latidos del corazón de un enamorado o de un salido que se va a convertir en tu turbo amante. Esos instrumentos entrando poco a poco en la melodía y ese estribillo que parece que se hace derogar. Recuerdo el moderno videoclip con Halford bailando y ese cutre muñeco motero. Caso aparte merece el gran solo de Glenn con esa eyaculante guitarra. La verdad es que es una canción que respira sexualidad por todos lados. Un temazo. La siguiente canción es el segundo single del Lp, "Locked In" otro pegadizo tema de amor "...tienes la llave de mi corazón, ven y úsala..." Halford sigue hablándonos de amor y sexo aunque su vida durante aquellas días no fuera un crucero de placer o un camino de rosas precisamente ya que acababa de intentar suicidarse con analgésicos, frustado por tener que ocultar su condición sexual. Aunque unos años después, con Judas momentaneamente fuera de circulación, declarara abiertamente su condición homosexual. Cosa que no pudo realizar en pleno 1986 por presiones externas a la banda (discográfica, fans garrulos etc.) Los siguientes temas de la cara A son "Private property", "Parental guindance" y "Rock you all around the world". Los dos últimos verdaderos himnos durante la gira del álbum "Fuel for live world tour". La cara B es más "kitsch" y hortera. Con aquellos teclados y melodías tan de moda en los ochenta. Aunque para el que suscribe este es uno de los discos definitivos para escuchar durante un verano caluroso camino de la playa. O en la playa mismo vaya, armado con una cerveza bien fría a la sombra de la sombrilla. Sudando mientras en el walkman suena la voz del amigo Halford cantando aquello de "Out in the cold".
Otro artículo aparte merece el encontronazo con Julio Iglesias en los estudios de las Bahamas. Resulta que tanto Julio como los británicos estaban grabando en el mismo estudio, lo que comenzó como un cordial saludo de respeto mutuo terminó con alguna que otra borrachera con la que Julio denominaba a Rob con la etiqueta de "Minister of metal" Judas acabaron cediéndole la canción "Prisioner of your eyes" que Julio terminó ensayando aunque nunca grabando en un disco oficial.


Turbo, vaya título. La verdad es que en aquellos años ochenta, 1986 es la fecha de salida del Lp, la palabra "turbo" sonaba por todo el mundo. "turbo" era una palabra de moda, Glenn y KK conducían unos Porsche Turbo y el amigo Ian Hill compró una aspiadora solamente porque la palabra "turbo" estaba estampada en ella. Turbo: "Del latín: remolino. Dicho de un vehículo o de un motor dotado de turbocompresor"